¡No a las biblias!

Por Diana van Gompel de Romero

«La policía no necesita biblias. Es imperativo ofrecerles entrenamiento, capacitación y formación adecuada para lograr una actitud mental equilibrada»

No se necesita ser ateo para aplaudir a Nicolás Calderón por interponer una tutela para frenar la compra de las biblias para la policía. Solo se requiere un poquito de indignación y una pizca de sentido común, fórmula prohibida en la actualidad.

¡Traer a cuento que desde la Constitución del 91 Colombia es un Estado laico es una obviedad! El gobierno o sufre de amnesia o se le ha olvidado leer ese código de leyes, y prima la omisión o la extralimitación a todo nivel.

Aquí no se trata de ir en contra de la religión; el asunto es evitar que el gobierno se las dé de “bondadoso” gastando dinero escaso en biblias, pero incumpliendo su ofrecimiento de revisar la capacitación de los policías. ¿Quién se habrá encargado de presupuestar cuántas biblias se comprarían de cada versión? ¿Qué intermediario se beneficiará con la “santa mordida”?

¿Alguien se habrá percatado del lenguaje machista que sin duda seduciría a los policías cuando maltratan o abusan de las mujeres, o atacan personas de la comunidad LGBTQ, o atienden un llamado de violencia intrafamiliar? Aquí van varios ejemplos que seguramente les daría justificación para actuaciones non sanctas.

“Y yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y será tomada la ciudad y saqueadas las casas y violadas las mujeres; la mitad de la ciudad será desterrada, pero el resto del pueblo no será cortado de la ciudad” (Zacarías 14:2).

“Si alguno se acuesta con varón como se acuesta con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos” (Levítico 20:13).

“Esposas, sométanse a sus esposos como al Señor” (Efesios 5:22).

La policía no necesita biblias. Es imperativo ofrecerles entrenamiento, capacitación y formación adecuada para lograr una actitud mental equilibrada, preparación psicológica y emocional para actuar bajo presión y el estímulo para sentir orgullo y respeto a la institución, a sus familias, a la gente, a los animales y a sí mismos.

Si realmente desean entretenerlos, considero que deberían comprarles los Viajes extraordinarios, de Julio Verne; Cómo limpiar tu basura emocional o Tácticas de conversación para principiantes.